Componentes

Rastreo Satelital marcaje y liberación de espécimen

The Peregrine Fund, ONG dedicada a la conservación de rapaces a nivel mundial, en colaboración con miembros del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino (GNTCA), inició el proyecto de Investigación y Monitoreo Ecológico del Cóndor Andino en Ecuador. En mayo 2012, el equipo de investigación registró el primer nido en el Peñón del Isco, y paralelamente al monitoreo de la actividad reproductiva, se inició el conteo de cóndores en este dormidero en junio de 2012. A partir de marzo 2014, The Peregrine Fund y Fundación Jocotoco iniciaron un conteo sistemático de cóndores en el Peñón del Cóndor.
Para utilizar el rastreo satelital en el monitoreo del cóndor andino, es primero necesario capturarlos. Se capturan los cóndores aplicando cuatro técnicas de captura (Phai de un lazo, Phai de múltiples lazos, Lanza redes y apertura de techo de jaula) o existe la posibilidad de recatarlos cuando los cóndores literalmente caen del cielo.
Una vez capturados los ejemplares, se marcan con dos tipos de rastreadores patagiales: Modelo PTT-100-50 gram de Microwave Telemetry Inc. en plataforma ARGOS y GPS-GSN- 3rd Gen- CTT-1000-BT3 Series de Cellular Tracking Technologies (CTT) en plataforma de telefonía celular. Los ejemplares capturados también fueron marcados con bandas alas y un microchip.
Los rastreadores de Microwave Telemetry colectan una coordenada por hora de 05:00 a 19:00 (tiempo local de Ecuador), mientras que un rastreador de Cell Track Technologies lo hizo cada 15 minutos durante las horas de luz del día. Hasta la actualidad, los rastreadores proporcionan información espacial, en cada ejemplar marcado, entre 7 y 27 meses. Previo análisis, los datos son filtrados corriendo software MTI Argos GPS Parser. Se determina los porcentajes de uso del hábitat dentro y fuera del SNAP con herramientas de Sistemas de Información Geográfica (SIG).
Esta es la primera vez que se aplica la telemetría satelital en el estudio del cóndor andino en Ecuador. Se van marcando 11 ejemplares y los resultados son significativos, desde los procesos asociados de rescate, rehabilitación de cóndores en cautiverio, desarrollo de protocolos de captura y marcación incluyendo pruebas de técnicas de captura, desarrollo de técnicas de liberación y monitoreo post-liberación, contribución de datos espaciales al censo nacional y a la creación de una nueva área protegida, manejo de datos, hasta los productos finales resultantes de la investigación satelital como herramienta de apoyo al manejo y conservación de la especie en el país.
Adicionalmente, hasta la actualidad, se han registrado y documentado un total de 13 nidos de la especie. Durante todo este tiempo cámaras trampas fueron colocadas de manera oportunista. En octubre 2014 y septiembre 2016 se desarrolló un estudio sistemático de la estructura poblacional del cóndor.
Entre las acciones más importantes desarrolladas tenemos:
  • Marcación con rastreadores satelitales y bandas alares de cóndores andinos.
  • Estudiar y analizar la biología de reproducción.
  • Realizar un monitoreo poblacional.
  • Capacitación al personal, socialización de procesos y educación ambiental.
  • Gestión de territorio, normativas técnicas y alianzas estratégicas con organismos locales.
  • Investigación, manejo y conservación ex situ.

Rastreo satelital

La supervivencia de cóndores fue monitoreada por:

  • movimientos del animal marcado y sensor de mortalidad incorporado en los rastreadores de telemetría satelital,
  • re-avistamientos de ejemplares marcados con bandas alares
  • identificación de marcas morfológicas naturales (lóbulos y estrías en cresta y cabeza, falta de plumas o plumas en crecimiento) registradas por fotografía.

La Hacienda Zuleta (monitoreo por cámara fotográfica), Reserva Biológica Antisanilla (monitoreo por observación directa y cámaras trapa) y Centro de Rescate Ilitío (monitoreo por cámaras trampa) tuvieron la mayor frecuencia de re-avistamientos de ejemplares debido a que son sitios de monitoreo permanente. Todos los cóndores marcados fueron registrados más de una vez después de su liberación. La muerte del cóndor Felipe fue detectada, en un lugar remoto de la Provincia del Napo, gracias al sensor de mortalidad incorporado en el rastreador satelital. Este sensor también ha servido para indicar periodos de escasa movilidad de los cóndores liberados y responder rápidamente con visitas al campo para verificar el estado del ejemplar.

Se realizaron 122 registros de reavistamientos de cóndores marcados con bandas alares. Los cóndores Polito y Zuleta, con 26 y 41 reavistamientos, respectivamente, mostraron la frecuencia más alta. Las bandas alares, además de proporcionar datos de supervivencia, también nos informan sobre distancias de dispersión de los cóndores.

Cóndores marcados

Click aquí para ver toda la información de los cóndores marcados por la Fundación Cóndor Andino Ecuador.

Monitoreo poblacional

Los métodos para medir fluctuaciones poblacionales de animales necesitan ser probados y validados para su aplicación a largo plazo. En el caso del cóndor andino, una especie con grandes desplazamientos sobre un hábitat de difícil acceso para los investigadores, el desarrollo de metodologías de censos y monitoreo poblacional representan un verdadero desafío para la medición precisa de la tendencia poblacional. Conocer los factores limitantes y amenazas de la población en la naturaleza es esencial en la determinación del estado de conservación de una especie en Peligro Crítico como el cóndor andino en Ecuador.

Para definir la estructura poblacional del cóndor andino, se realizó el censo nacional simultáneo, el 29 y 30 de septiembre de 2015. Con la participación de 163 censistas, se contaron 93 cóndores y se estimó una población entre 94 y 102 individuos.

Exploración y selección de dormideros

Se han explorado 84 dormideros a lo largo de los andes desde Carchi hasta Loja, y se ha documentado la abundancia de cóndores en cada uno de ellos. Se trazaron las rutas de acceso a cada dormidero con GPS manuales y se georreferenció los puntos de observación (lugar opuesto al dormidero desde donde se realizan las observaciones). La exploración de dormideros fue facilitada con la disponibilidad de datos satelitales y uso de herramientas de SIG y Google Earth. Los datos colectados, con información espacial y temporal, han sido ingresados en la base de registros del cóndor. En 2012 y en 2014 se seleccionó a los dormideros del Peñón del Isco y Peñón del Cóndor (Toropugro) en la Reserva Biológica Antisanilla de la Fundación de Conservación Jocotoco, para realización de censos parciales semanales.

Biología reproductiva

Se buscó nidos en más 84 dormideros a lo largo de los andes de Ecuador. Los nidos conocidos fueron visitados por lo menos una vez al año para determinar actividad reproductiva. En los nidos seleccionados para monitoreo focal, las observaciones se realizaron de 06:00 a 18:00 horas dos días por semana, de todo el ciclo reproductivo desde el cortejo hasta la fase de volantón (pichón recién salido del nido) cuando abandonaron el peñón natal. Adicionalmente se realizaron observaciones del crecimiento y comportamiento del pichón.
Durante la primera fase del proyecto 11 eventos de anidación fueron registrados, sumándose los dos de antes del presente estudio, obtenemos un total de 13 eventos de anidación para Ecuador. Los 13 eventos de anidación se registraron en 11 sitios de nidos. De los 13 eventos de anidación solamente dos (15%) fracasaron durante el periodo de incubación. Uno de estos nidos, al parecer, fue inundado por las lluvias de marzo 2017; hacemos esta suposición porque el huevo fue observado con lodo después del periodo de fuerte lluvia. El abandono ocurrió justamente en la fase final del periodo de incubación, razón por la cual tampoco se descarta la posibilidad que el huevo haya sido infértil. Se conoce que los primeros huevos puestos por aves rapaces jóvenes son generalmente infértiles. Sobre la causa de abandonó del segundo nido no disponemos de mayor información puesto que por su ubicación alejada no pudo ser monitoreado regularmente. En marzo de 2017 se pudo documentar la presencia de un volantón recién salido del nido en la zona sur-oriental del volcán Cotopaxi. Estuvo volando precariamente y solicitando comida constantemente a sus padres que volaban por la zona. Lamentablemente no se lo observó en el nido y no sabemos exactamente donde nació.

Es alentador conocer que, de los 13 eventos de anidación, 11 o el 85%, produjeron pichones y de ellos estamos seguros que finalmente salieron del nido 10 volantones. Solamente del nido del Valle Vicioso, no se pudo confirmar si la pichona llegó al estado de volantón puesto que los investigadores no pudieron re-visitar el sitio del nido luego de su encuentro cuando esta tuvo cuatro meses de edad. La tasa alta de supervivencia de pichones indicaría que la especie no está limitada por alimento. Igualmente, la fertilidad y eclosión exitosa de los huevos revelaría que la pequeña población de cóndores de Ecuador no está sufriendo los efectos de la endogamia.

Los seis huevos puestos en los nidos del Peñón del Cóndor (un huevo en un nido) y Peñón del Isco (cinco huevos en tres sitios de nidos) de la Reserva Biológica Antisanilla eclosionaron exitosamente y produjeron volantones, indicando un 100% de éxito reproductivo, posiblemente relacionado a fuentes cercanas con suficiente disponibilidad de alimento y experiencia de las parejas reproductoras. La pareja del Peñon del Isco, entre 2012 y 2017 anidó exitosamente cinco veces y puso sus huevos en tres sitios de nidos diferentes del mismo peñón. La pareja fue observada cortejando y copulando en el Peñón del Isco y zonas aledañas. Dos machos y tres hembras fueron producidos por la pareja en los cinco eventos de anidación. Aunque la pareja no anidó en años consecutivos en un mismo sitio de nido, si reutilizó dos sitios de nidos: sitio 1 en 2012 y 2015, sitio 2 en 2013 y 2016. El sitio 3 ha sido usado solamente una vez. Habiendo sido todos los eventos de anidación exitosos, desconocemos la causa por la cual las parejas cambian de sitios de nidos entre eventos de anidación consecutivos, aunque se podría inferir que hacen este cambio para evitar la carga de ectoparásitos presentes desde la anidación anterior. La cronología reproductiva de esta pareja y de otras en el país muestra que el cóndor andino puede anidar durante cualquier mes del año, lo cual sería un reflejo de la falta de estacionalidad marcada en esta región ecuatorial tropical.
Se ha podido observar un comportamiento muy diferente en cada individuo reproductor frente a la presencia de personas en el área cercana al nido. La hembra del Peñón del Isco es notablemente más nerviosa que el macho. El momento que ella ve a alguien cerca sale volando del nido a toda prisa; el macho, en cambio, observa detenidamente a los visitantes, se pone un tanto alerta pero no sale del nido. Es esencial reducir la presencia humana y no molestar a la pareja, particularmente en las épocas de incubación y crianza temprana del pichón, por el riesgo de abandono del nido. En contraste, la pareja del nido de Itulcachi es extremadamente tranquila frente a la presencia humana. Durante la actividad de monitoreo, ellos casi ni se percatan si están solos o acompañados por humanos. Estas diferencias comportamentales podrían estar relacionadas a la historia de cada cóndor en sus interacciones con humanos.
Se ha documentado una alta dependencia de los juveniles a sus progenitores. Los cóndores Polito y Quipo, con edades estimadas de 17 meses en su liberación, fueron alimentados por adultos, probablemente sus padres, luego de la liberación a la naturaleza. Recientemente logramos comprobar que los padres del cóndor Linda, de 18 meses de edad y marcada con bandas alares y radio VHF, fue alimentada por la pareja del Peñon del Isco, mientras estos también estuvieron alimentando a un nuevo pichón de tres meses de edad. A la luz del conocimiento actual, esta es la primera evidencia que los padres pueden alimentar, al mismo tiempo, dos hijos de diferentes edades.
A diferencia de Argentina y otros países donde los cóndores anidan en sitios aislados, fuera de los dormideros habituales, en Ecuador las parejas reproductoras pueden anidar en los mismos dormideros.

Salud y genética

El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave rapaz más grande del mundo. Según el último censo nacional realizado en 2015, se estima que en el Ecuador hay entre 94 y 102 cóndores en vida libre. Por su población reducida, en Ecuador el cóndor andino está listado como especie en Peligro Crítico de extinción. La amenaza principal para la supervivencia de esta ave sigue siendo la cacería ilegal, le siguen la pérdida de su hábitat debido a la expansión de la frontera ganadera, la competencia por alimento con otros animales, su baja tasa de reproducción y envenenamiento de las carroñas. Esto representa un problema muy grande debido a que las poblaciones están disminuyendo dramáticamente a través de todo el territorio, por lo que se ha considerado la especie es susceptible a desaparecer. La conservación de esta ave es importante ya que es considerada como “especie focal” por su amplia distribución y requerimientos de hábitat. Estudios genéticos previos manifiestan que existe una baja variabilidad entre las poblaciones de cóndores a lo largo de la cordillera de los Andes, lo que implica que esta especie podría presentar mutaciones no deseadas por endogamia. Esta información se basó en estudios genéticos de ADN mitocondrial realizados con muestras de ejemplares de países andinos donde habita la especie, no obstante, de Ecuador solo se incluyeron 6 individuos. Para conocer el estado actual de conservación del cóndor Andino en el Ecuador es necesario recurrir a técnicas moleculares adicionales a las utilizadas anteriormente (ej. Microsatélites), así como ampliar el muestreo de individuos a un rango geográfico más grande.

Para cumplir con este objetivo, nos enfocamos en aumentar el número de muestras de individuos utilizando los mismos marcadores mitocondriales de Hendrickson, para comparar la distribución de estos marcadores a lo largo del Ecuador, y comparar si los nuevos haplotipos tienen afinidades con haplotipos en el resto de los Andes. Un segundo objetivo es el de determinar la estructura poblacional y familiar de los cóndores ecuatorianos. Para esto, ampliamos el estudio genético al uso de ADN nuclear por medio del análisis de microsatélites. Además, en el futuro vamos a amplificar el marcador nuclear del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC). Este complejo es de importancia para complementar la información mitocondrial con información nuclear, ya que tiene una importancia evolutiva que incluye un alto número de genes polimórficos. La información obtenida del MHC en nuestro caso, es de suma importancia ya que se relaciona con la habilidad de cada individuo a responder eficientemente a patógenos o parásitos a lo largo de generaciones.

El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave rapaz más grande del mundo. Según el último censo nacional realizado en 2015, se estima que en el Ecuador hay entre 94 y 102 cóndores en vida libre. Por su población reducida, en Ecuador el cóndor andino está listado como especie en Peligro Crítico de extinción. La amenaza principal para la supervivencia de esta ave sigue siendo la cacería ilegal, le siguen la pérdida de su hábitat debido a la expansión de la frontera ganadera, la competencia por alimento con otros animales, su baja tasa de reproducción y envenenamiento de las carroñas. Esto representa un problema muy grande debido a que las poblaciones están disminuyendo dramáticamente a través de todo el territorio, por lo que se ha considerado la especie es susceptible a desaparecer. La conservación de esta ave es importante ya que es considerada como “especie focal” por su amplia distribución y requerimientos de hábitat. Estudios genéticos previos manifiestan que existe una baja variabilidad entre las poblaciones de cóndores a lo largo de la cordillera de los Andes, lo que implica que esta especie podría presentar mutaciones no deseadas por endogamia. Esta información se basó en estudios genéticos de ADN mitocondrial realizados con muestras de ejemplares de países andinos donde habita la especie, no obstante, de Ecuador solo se incluyeron 6 individuos. Para conocer el estado actual de conservación del cóndor Andino en el Ecuador es necesario recurrir a técnicas moleculares adicionales a las utilizadas anteriormente (ej. Microsatélites), así como ampliar el muestreo de individuos a un rango geográfico más grande.

Para cumplir con este objetivo, nos enfocamos en aumentar el número de muestras de individuos utilizando los mismos marcadores mitocondriales de Hendrickson, para comparar la distribución de estos marcadores a lo largo del Ecuador, y comparar si los nuevos haplotipos tienen afinidades con haplotipos en el resto de los Andes. Un segundo objetivo es el de determinar la estructura poblacional y familiar de los cóndores ecuatorianos. Para esto, ampliamos el estudio genético al uso de ADN nuclear por medio del análisis de microsatélites. Además, en el futuro vamos a amplificar el marcador nuclear del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC). Este complejo es de importancia para complementar la información mitocondrial con información nuclear, ya que tiene una importancia evolutiva que incluye un alto número de genes polimórficos. La información obtenida del MHC en nuestro caso, es de suma importancia ya que se relaciona con la habilidad de cada individuo a responder eficientemente a patógenos o parásitos a lo largo de generaciones.

El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave rapaz más grande del mundo. Según el último censo nacional realizado en 2015, se estima que en el Ecuador hay entre 94 y 102 cóndores en vida libre. Por su población reducida, en Ecuador el cóndor andino está listado como especie en Peligro Crítico de extinción. La amenaza principal para la supervivencia de esta ave sigue siendo la cacería ilegal, le siguen la pérdida de su hábitat debido a la expansión de la frontera ganadera, la competencia por alimento con otros animales, su baja tasa de reproducción y envenenamiento de las carroñas. Esto representa un problema muy grande debido a que las poblaciones están disminuyendo dramáticamente a través de todo el territorio, por lo que se ha considerado la especie es susceptible a desaparecer. La conservación de esta ave es importante ya que es considerada como “especie focal” por su amplia distribución y requerimientos de hábitat. Estudios genéticos previos manifiestan que existe una baja variabilidad entre las poblaciones de cóndores a lo largo de la cordillera de los Andes, lo que implica que esta especie podría presentar mutaciones no deseadas por endogamia. Esta información se basó en estudios genéticos de ADN mitocondrial realizados con muestras de ejemplares de países andinos donde habita la especie, no obstante, de Ecuador solo se incluyeron 6 individuos. Para conocer el estado actual de conservación del cóndor Andino en el Ecuador es necesario recurrir a técnicas moleculares adicionales a las utilizadas anteriormente (ej. Microsatélites), así como ampliar el muestreo de individuos a un rango geográfico más grande.

Para cumplir con este objetivo, nos enfocamos en aumentar el número de muestras de individuos utilizando los mismos marcadores mitocondriales de Hendrickson, para comparar la distribución de estos marcadores a lo largo del Ecuador, y comparar si los nuevos haplotipos tienen afinidades con haplotipos en el resto de los Andes. Un segundo objetivo es el de determinar la estructura poblacional y familiar de los cóndores ecuatorianos. Para esto, ampliamos el estudio genético al uso de ADN nuclear por medio del análisis de microsatélites. Además, en el futuro vamos a amplificar el marcador nuclear del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC). Este complejo es de importancia para complementar la información mitocondrial con información nuclear, ya que tiene una importancia evolutiva que incluye un alto número de genes polimórficos. La información obtenida del MHC en nuestro caso, es de suma importancia ya que se relaciona con la habilidad de cada individuo a responder eficientemente a patógenos o parásitos a lo largo de generaciones.

Los estudios por medio de microsatélites demostraron que los valores de heterocigosidad esperada (Ho) y observada (He) no fueron significativamente diferentes. Los valores de H, son indicativos de la perdida de variación-diversidad genética. La falta de diferencias entre los valores esperados y observados nos demuestra que los individuos estudiados no demuestran una disminución en la variación genética. Es importante tomar en cuenta que estos valores solo son importantes de considerar al ser comparados con otras poblaciones. En nuestro caso, hemos tomado como población, a todos los individuos en estudio. De ahí, que estos resultados son solo importantes si comparamos entre individuos del Ecuador. En otro análisis, separamos los individuos cautivos y los individuos salvajes con el afán de ver diferencias entre ellos. Los resultados fueron similares entre estos dos grupos lo que sugiere que los individuos en cautiverio no han sufrido mayor reducción en su diversidad genética. También hay que tener en cuenta que esta especie es longeva. Esta característica tiene repercusiones en los resultados ya que eventos que cambien estas distribuciones pueden tomar varias generaciones para ser detectados. Aun peor si estas especies tienen pocas crías y su tiempo de vida prolongado.

Puntos de forrajeo

En base de registros de presencia y ausencia de cóndores por cuatro años en los dormideros de la Reserva Biológica Antisanilla y datos satelitales, se seleccionó las coordenadas entre 09:00 y las 15:00 horas como indicadoras del tiempo de forrajeo. Los cóndores marcados con rastreador satelital buscaron su alimento principalmente a lo largo de los flancos occidentales de la cordillera oriental de las regiones centro y norte de los Andes de Ecuador y solamente un ejemplar centró su actividad en la parte sur del Ecuador. El 77% de los puntos de forrajeo estuvieron en áreas privadas, fuera del SNAP. Una de las áreas protegidas de mayor uso fue el Parque Nacional Cotopaxi y sus zonas de influencia.

Áreas de Acción (Home Ranges)

Usando el criterio anterior para los puntos de forrajeo, se seleccionó las coordenadas entre las 09:00 y las 15:00 para estimar las áreas de acción, Kernel fijos al 90%, aplicando la extensión ArcMET en ArcGIS 10.3. Se realizó esta estimación para cada ejemplar marcado por separado y también para todos los individuos juntos sumando sus áreas de acción individuales con sus correspondientes porcentajes de áreas dentro y fuera del SNAP.

Los cóndores incluyeron entre el 59% y 96% de sus áreas de acción en propiedades privadas. Las áreas de acción individuales, dentro y fuera del SNAP, variaron entre 2.954 km2 y 24.928 km2, mostrando una alta variación entre individuos. Los rangos de elevación del terreno, sobre el nivel del mar, fueron de 221 a 4519 msnm. Para el polígono Sur fueron de 771 a 6251 msnm. Los cóndores descendieron a zonas más bajas al Norte (Valle del Chota) y al Sur del Ecuador (en zona de influencia del Rio León y Provincia del Oro). El área total usada por los ocho cóndores marcados fue estimada en 36.406 km2, de los cuales 26.689 km2 (73%) están en propiedad privada y 9.717 km2 (27%) dentro del SNAP.

Dormideros

incluyó las coordenadas de antes de las 06:00 y después de las 18:00 horas para la identificación de dormideros. Se identificó como dormideros importantes a aquellos acantilados (peñones) donde al menos un cóndor marcado permaneció cinco o más noches. De los 142 dormideros principales revelados por la telemetría satelital, el 65% estuvieron ubicados en tierras privadas. Con 11 dormideros importantes, El Parque Nacional Cotopaxi fue el área protegida con la mayor cantidad de dormideros. La mayor concentración está al sur oriente de la ciudad de Quito a lo largo de la cordillera oriental de los andes.

Nidos

Realizando expediciones al campo, se buscó nidos en sitios de alta frecuencia de avistamientos de cóndores y/o mayor densidad de puntos de telemetría satelital. Del total de 10 nidos encontrados en Ecuador entre 1996 y 2016, nueve estuvieron ubicados en propiedades privadas y se encontraron activos, aunque no anualmente, entre 2011 y 2016; no obstante, el único y primer nido del cóndor andino registrado en 1996 dentro del SNAP ha permanecido inactivo durante el período de estudio.